Esta entrada tiene tres propósitos.
- El primero, diferenciar entre los distintos tipos de diabetes y su relación con la obesidad.
- El segundo, explicar las causas y motivos que provocan diabetes.
- El tercero, ver el mercado potencial que tiene el tratamiento de esta enfermedad.
Al lío.
¿Qué es la diabetes?
El término diabetes mellitus, o diabetes a secas, engloba a un conjunto de enfermedades endocrinas que tienen en común un incremento descontrolado de los niveles de glucosa en sangre.
El principal síntoma de la enfermedad es la deshidratación causada por la glucosuria, que provoca sed y una necesidad continua de orinar; y suele acompañarse de una pérdida de peso severa y repentina.
Las causas de la diabetes pueden ser múltiples, por lo que distinguimos varios tipos:
Causas y tipos de diabetes
El incremento descontrolado de los niveles de azúcar puede tener varios orígenes, pero principalmente se debe a problemas con la señalización de la hormona Insulina.
- Diabetes tipo I: 5-10% de los casos de diabetes. Está provocada por una reacción autoinmune frente a las células del páncreas. La destrucción de estas células anula la síntesis de insulina, por lo que el organismo no puede saber que existe glucosa en la sangre. Tuviste mala suerte con la lotería genética.
- Diabetes tipo 2: la mayoría de los casos de diabetes. Está provocada por una combinación de resistencia a la insulina y una disminución de producción de insulina en el páncreas.
- Diabetes gestacional: forma de diabetes en la que un desajuste hormonal en mujeres a causa del embarazo puede provocar diabetes de manera transitoria (normalmente hasta que se da a luz).
- Y existen otros tipos de diabetes que podrían considerarse enfermedades raras por su baja incidencia en la población y no serán objeto de nuestro análisis.
En este artículo nos centraremos en la diabetes tipo 2, o “T2D”.
Diabetes tipo 2
La T2D es de carácter multifactorial. Esto es, existen múltiples factores desencadenantes de la enfermedad, como la edad, el sedentarismo, la genética familiar, o incluso la microbiota intestinal.
Pero los que sin duda se lleva la medalla de oro, son el sobrepeso y la obesidad.
Para entender por qué ambas enfermedades están relacionadas, tenemos que entender la fisiopatología de la enfermedad.
Fisiopatología de la diabetes tipo 2
La T2D se produce por una combinación de resistencia a la insulina y producción disminuida de insulina en el páncreas.
Como vimos al hablar de la insulina, esta se libera al torrente sanguíneo tras una comida para controlar los niveles de glucosa en sangre. La acción de la insulina en tejidos como el hígado, el músculo o los riñones provoca que absorban glucosa de la sangre para almacenarla en forma de glucógeno o lípidos.
Sin embargo, diversos factores pueden provocar que estos tejidos se vuelvan menos sensibles a la insulina. Es decir, que respondan de forma menos eficaz a la insulina que existe en su entorno. A esto es a lo que llamamos “resistencia a la insulina”.
Resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina es el fenómeno por el cual los tejidos diana sobre los que hace efecto la insulina dejan de responder. Cuando tejidos como el hígado, el músculo o el tejido adiposo se vuelven insensibles o resistentes a la insulina, los niveles de glucosa en sangre se mantienen elevados.
Las causas del desarrollo de resistencia a la insulina son múltiples, pero están muy relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.
Ante una ingesta excesiva de alimentos (lo que además se asocia a una baja actividad física), se produce una acumulación excesiva de grasas. Cuando hay un exceso de grasas, el tejido adiposo se vuelve tan voluminoso que no recibe todo el oxígeno que necesita. Además de la hipoxia que genera, el tejido emite señales de inflamación. Por otro lado, el tejido puede ser incapaz de almacenar todas las grasas y estas se depositan en otros tejidos causando aún más inflamación.
En este contexto de inflamación crónica, se alteran muchas de las respuestas celulares que funcionan de manera normal, entre ellas la de la insulina. Y esto no es exclusivo del tejido adiposo: la inflamación afecta a todos los órganos de igual manera. Por eso, la obesidad predispone a la aparición de muchos tipos de enfermedades.
Así, nos encontramos en una situación en la que tenemos un exceso de grasas y de glucosa en sangre.
A corto plazo, los sensores de glucosa de las células del páncreas tratan de compensarlo produciendo aun más insulina. Pero a largo plazo, esto tiene efectos nocivos sobre estas células y terminan atrofiándose y muriendo. ¿Por qué ocurre esto?
Porque el sistema no está diseñado para funcionar al 200 % de capacidad constantemente. Si tú tuvieras que hacer horas extra sin descanso durante años, también acabarías agotado y sin fuerzas para hacer la más mínima tarea.
A las células les ocurre lo mismo. Cuando perdemos la función de las células , perdemos a nuestro sensor de glucosa en el organismo.
No es que no haya glucosa, !es que hemos perdido la capacidad de informar a nuestras células de que la hay!
Por este motivo los pacientes de diabetes pierden peso. No son capaces de utilizar la glucosa de la sangre y conviven con un déficit de energía constante.
Pero la historia no acaba aquí.
Recordemos que la insulina suprimía los efectos del glucagón, una hormona que promueve la movilización de las reservas de energía. Cuando la insulina se vuelve inútil o directamente no existe, el problema no es solo que no reduzcamos los niveles de glucosa en sangre.
Lo que ocurre, además, es que se liberará glucagón y estimulará a los tejidos para que realicen la gluconeogénesis, la glucogenolisis y la lipolisis para generar aún más glucosa y agravar la situación.
Resultado = aún más glucosa en sangre y la combinación perfecta para desarrollar diabetes.
En contra del alarmismo
A pesar de esto que acabo de contar, la realidad es que la T2D es un proceso gradual que se desarrolla a lo largo de años o décadas. No vas a despertarte un día y descubrir que tienes diabetes.
Lo que suele suceder es que el cuerpo va perdiendo progresivamente la capacidad de gestionar la glucosa adecuadamente, y al principio los síntomas son nulos o muy sutiles.
Por esta misma razón es recomendable realizarse análisis de forma rutinaria. Si en una analítica se detectan niveles de glucosa ligeramente elevados, podríamos estar en una situación de prediabetes, que puede frenarse o incluso revertirse si se empiezan a aplicar medidas correctivas a tiempo (cambios en los patrones alimentarios, ejercicio, fármacos, etc).
Eso sí, si se llega al punto de perder la funcionalidad de las células , no hay vuelta atrás.
Algunos estudios están tratando de fomentar la regeneración de las células para curar la diabetes, pero su eficacia en humanos aún necesita más investigación (estudio).
Me gustaría aclarar también la diferencia entre obesidad y diabetes:
Obesidad. Causa: no; factor de riesgo: sí
La obesidad per se no causa T2D.
La T2D no es una enfermedad genética donde la alteración de un gen provoque automáticamente una enfermedad. Por ejemplo, la fibrosis quística se produce por mutaciones en el gen CFTR, que codifica para un proteína de membrana. Sin el gen, se produce la enfermedad sí o sí.
Lo que determina la aparición de diabetes es el conjunto de factores genéticos y ambientales que tiene cada persona.
Ahora bien, la obesidad sí es un factor de riesgo para la aparición de la diabetes. El sobrepeso y la obesidad se definen de acuerdo a criterios de índice de masa corporal:
Fuente Un IMC superior a 25 se considera sobrepeso, mientras que a partir de 30 hablaríamos de distintos grados de obesidad.
No podemos elegir los genes que nos tocan (eso ya lo intentó cierto pintor alemán frustrado y no acabó bien), pero sí podemos poner las probabilidades a nuestro favor. Es como si compraras papeletas para la tómbola: cuantas más papeletas compres, más probabilidades hay de que te toque. Pero si eliminas factores de riesgo, compras menos papeletas.
En resumen, la diabetes es una enfermedad multifactorial que puede tener varias causas y factores de riesgo que propicien su aparición:
flowchart TD n1(("Diabetes")) --> n2["Tipos"] n7(["Obesidad"]) -. Factor de riesgo para desarrollar .-> n4 n2 --> n3["Diabetes tipo I"] & n4["Diabetes tipo 2"] & n5["Diabetes gestacional"] & n6["Otros tipos"]
Pasemos a ver ahora la prevalencia y oportunidad de mercado de esta enfermedad.
El mercado de la diabetes y la obesidad
Diabetes
La diabetes es una epidemia en constante expansión.
Los datos varían según la fuente que consultemos, pero son inequívocos:
- La Federación Internacional de la Diabetes estima que el 11 % de los adultos padece la enfermedad, de los cuales el 40 % permanece sin diagnosticar. De cara al futuro, esperan que las cifras crezcan un 45% (hasta los 850 millones de afectados) de cara a 2050.
- La Organización Mundial de la Salud informa de que en 2022 ya había 830 millones de personas conviviendo con diabetes.
Las cifras no paran de crecer ni se prevé que dejen de hacerlo. Un estudio de The Lancet, que es más conservador con el porcentaje de adultos que tiene T2D en la actualidad, proyecta un crecimiento significativo de la incidencia de T2D en las próximas décadas (Ong et al., 2023):
Como vemos, el porcentaje de pacientes con diabetes tipo 1 es de apenas 5 millones de personas, insignificante al lado de la T2D. Estos pacientes tienen un mercado potencial más limitado pero no menos interesante, puesto que su enfermedad aparece a edades tempranas y requiere inyecciones de insulina de por vida.
Volviendo a la T2D:
un 10 % de la población mundial tiene o tendrá T2D.
1 de cada 10 personas.
Obesidad
El porcentaje de adultos que tiene sobrepeso u obesidad alcanza números preocupantes. Un 40 % de la población de Estados Unidos es obesa, mientras que a nivel global el porcentaje es del 16 %.
Y a pesar de los esfuerzos por combatirla, no se aprecian cambios significativos en la tendencia global:
De hecho, las tendencias no son nada alentadoras: se estima que para 2030 el 50 % de la población mundial tendrá sobrepeso u obesidad.
3.000 millones de personas.
Tamaño de mercado combinado
El mercado global de la diabetes alcanza los 88.000 M para 2032, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesta del 12,7 %.
Por su parte, el mercado de la obesidad ofrece cifras aun superiores. Un informe de Morgan Stanley estima que el mercado terapéutico para esta enfermedad podría alcanzar los 150.000 M para 2035, un x10 respecto a los actuales 15.000 M\.
Sin embargo, en estas proyecciones se incluyen todo tipo de tratamientos e infraestructuras dedicadas al cuidado de esta enfermedad. La obesidad es reversible y los pacientes de T2D pueden no necesitar tratamiento farmacológico si se adoptan cambios en el estilo de vida.
A nosotros lo que nos interesa es el potencial mercado de los análogos de GLP-1, y es esperable que no capten todo el mercado global de la diabetes y la obesidad.
En este sentido, otro estudio centrado en los análogos de GLP-1 estima que el mercado crecerá desde los 65.000 actuales hasta los 325.000 M$ para 2035 (un crecimiento del 17.3 % anual). Se espera que un 11 % de los enfermos de T2D u obesidad podría optar por el uso de estas terapias.
Las razones tras estas proyecciones explosivas se explican por la novedad de estos tratamientos. En la comunidad estamos hartos de oír hablar de Ozempic, Mounjaro y similares, pero la realidad es que su trayectoria aun está en pañales y tienen una baja penetración en el mercado. La diabetes y el sobrepeso son enfermedades con tratamientos efectivos, por lo que el incentivo a probar nuevas terapias no es el mismo que en enfermedades huérfanas sin curas conocidas. Es esperable que la adopción de los análogos de GLP-1 sea paulatina y gradual según se vuelvan más accesibles y sus beneficios terapéuticos se asienten mejor en la comunidad científica. Además, algunos estudios (muy incipientes) apuntan a su posible uso en otras áreas terapéuticas, incluso las neurodegenerativas (en su momento hablé de su posible uso para tratar el alcoholismo).
En cualquier caso, los modelos son eso, modelos. Es atrevido (y erróneo) afirmar que un mercado crecerá al 17.3 % anual durante años, con decimales incluidos. Las previsiones a futuro siempre serán erróneas porque parten de modelos imperfectos y complejos.
Lo que sí podemos estimar es que, dadas las tendencias actuales de la sociedad, el número de personas con diabetes y obesidad crecerá. Poco importa si eso supondrá un crecimiento del 10 o 20 %. Lo importante es que crecerá durante años y será nuestro deber posicionarnos adecuadamente para aprovechar esos vientos de cola del sector.
En conclusión,
La diabetes tipo 2 no es una enfermedad sencilla de entender ni de estudiar. Pero dada su prevalencia, entenderla no es una mera cuestión académica, sino una necesidad urgente de salud pública.
Las cifras no engañan: el azúcar es la gran epidemia del siglo XXI.
Pero esta necesidad también genera una oportunidad: la de los fármacos contra la diabetes que estudiaremos próximamente.
Referencias
@LuEtAl_2024_Type2Diabetes @Galicia-GarciaEtAl_2020_PathophysiologyType2 @OngEtAl_2023_GlobalRegionalNational Global Diabetes Data & Insights | IDF Diabetes Atlas One billion people globally estimated to be living with obesity by 2030 | World Obesity Federation