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Llegados a este punto todos sabemos que la semaglutida (Ozempic) obra milagros.
Lo que vas a aprender hoy es que también puede usarse para tratar el alcoholismo.
Me explico.
Se han publicado los resultados de un ensayo clínico donde han estudiado si la semaglutida podría reducir el consumo de alcohol en personas con alcoholismo.
Y no hablo del que se toma un par de cervezas cuando sale con sus amigos.
Hablo del que obliga a su hígado a tragarse 4 o 5 bebidas t-o-d-o-s los días.
El ensayo clínico es el siguiente:
Sujetos:
48 personas con alcoholismo que no se encontraban en tratamiento.
Diseño experimental:
Los 48 participantes se dividieron en dos grupos: tratamiento y placebo.
Las personas en tratamiento recibieron una inyección de semaglutida semanalmente durante 9 semanas. Las dosis fueron bajas: 0,25 mg las primeras 4 semanas y 0,50 mg las últimas 4 semanas. Esto es el régimen estándar que usan los pacientes que toman semaglutida para adelgazar.
Las personas con placebo recibieron inyecciones pero sin semaglutida. Es importante que los pacientes no sepan en qué grupo están para eliminar variabilidad en los resultados. Todos los pacientes son tratados de la misma forma, sin que sepan qué contienen las inyecciones.
Aun así, es evidente que los pacientes que estaban en el grupo de tratamiento terminaban sabiendo que estaban tomando semaglutida de verdad. Solo hay que ver la evolución de su peso a lo largo del estudio:
Pacientes con placebo en naranja y con tratamiento en azul.
¿Cómo se midió el consumo de alcohol?
De dos maneras:
- Por lo que nos dicen los propios pacientes que consumen. Nos podrían mentir, pero tampoco tendría sentido que lo hicieran, no tienen incentivos para ello porque no saben en qué grupo están.
- Por una prueba de laboratorio hecha al principio y al final, en la que se ofrece a los pacientes tomar alcohol o esperar 50 minutos y recibir dinero. Se usa para ver qué pesa más, si el incentivo de beber alcohol o ganar dinero. Esto se repite varias veces y después se calcula cuánto alcohol han tomado durante la prueba.
Los resultados:
Los pacientes que tomaron semaglutida reportaron un menor consumo de alcohol al finalizar el tratamiento.
En la prueba de laboratorio, se observo una reducción evidente en el consumo de alcohol frente a los participantes con placebo:
En los cuestionarios, los resultados mostraron que tomar semaglutida no reducía el número de días que se consumía alcohol.
Pero hay truco.
Las personas que tomaban semaglutida SÍ bebían menos días a la semana. El problema es que las personas con placebo también bebían menos días a la semana, por lo que no hay diferencias entre grupos.
Placebo naranja, semaglutida azul
En este aspecto solo podemos hipotetizar. Es posible que los pacientes con placebo sean conscientes de su situación de alcoholismo y traten de beber menos aunque no tomen semaglutida. El hecho de apuntarse al estudio ya podría interpretarse como un primer intento de solucionar su situación
Sin embargo, los pacientes con semaglutida tomaban menos bebidas aquellos días que decidían beber.
En este caso, podemos afirmar que tomar semaglutida tiene un efecto positivo sobre el consumo de alcohol en pacientes con problemas de alcoholismo.
De nuevo, las causas podrían ser múltiples. Mi teoría es que el menor consumo de alcohol realmente se deba a un menor consumo de alimentos y bebida en general. Es decir, que sería un efecto secundario de la saciedad, y no porque la semaglutida inhiba directamente las ganas de tomar alcohol.
Limitaciones
Esto es un ensayo de fase II, por lo que el número de pacientes ha sido pequeño. Lo ideal sería repetirlo con un tamaño muestral más amplio y diverso.
El tratamiento ha sido de pocas semanas (2 meses), por lo que faltaría observar cómo de viable es este tratamiento a largo plazo.
Los pacientes han sido cuidadosamente elegidos. Es decir, representan una población muy concreta de personas con alcoholismo que no habían buscado previamente ayuda para tratarse, y que no tenían un problema de alcoholismo severo.
Conclusión
Que la causa de un poco igual. Lo importante es que el consumo de alcohol baja tanto en el escenario controlado de laboratorio como en lo que reportan los pacientes de su día a día.
Las implicaciones de esto son importantes, porque actualmente existen pocos tratamientos farmacológicos efectivos para frenar el alcoholismo. La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos solo ha aprobado 2 medicamentos con efectos modestos en los últimos 70 años (la naltrexona y el acamprosato).
Se abren nuevas vías para el uso de la semaglutida. No podemos pensar únicamente en el control de la diabetes o la pérdida de peso.
Sabéis lo que eso significa, ¿no? Más pacientes tratables. Y más fuentes de ingresos para Novo Nordisk.
Que la ciencia te acompañe, Gonzalo.
preguntar que si le gusta a la gente?
PD: la referencia al estudio:
Hendershot, C. S., Bremmer, M. P., Paladino, M. B., Kostantinis, G., Gilmore, T. A., Sullivan, N. R., Tow, A. C., Dermody, S. S., Prince, M. A., Jordan, R., McKee, S. A., Fletcher, P. J., Claus, E. D., & Klein, K. R. (2025). Once-Weekly Semaglutide in Adults With Alcohol Use Disorder: A Randomized Clinical Trial. JAMA Psychiatry. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2024.4789
Con Ozempic y sin cerveza, Homer recupera la cabeza O cómo la semaglutida podría usarse para tratar el alcoholismo. Me explico, dentro hilo.
Se ha realizado un pequeño ensayo clínico para ver si la semaglutida podría reducir el consumo de alcohol en personas con alcoholismo.
Y no hablo del que se toma un par de cervezas con sus amigos.
Hablo del que obliga a su hígado a tragarse 4 o 5 bebidas t-o-d-o-s los días.
Sujetos: 48 personas con alcoholismo moderado que no se encontraban en tratamiento.
Diseño experimental: Los 48 participantes se dividieron en dos grupos: tratamiento y placebo.
Las personas en tratamiento recibieron una inyección de semaglutida semanalmente durante 9 semanas. Las dosis fueron bajas: 0,25 mg las primeras 4 semanas y 0,50 mg las últimas 4 semanas. Esto es el régimen estándar que usan los pacientes que toman semaglutida para adelgazar.
Las personas con placebo recibieron inyecciones pero sin semaglutida. Es importante que los pacientes no sepan en qué grupo están para eliminar variabilidad en los resultados. Todos los pacientes son tratados de la misma forma, sin que sepan qué contienen las inyecciones.
Aun así, fue evidente que los pacientes que estaban en el grupo de tratamiento (azul) terminaban sabiendo que estaban tomando semaglutida de verdad. Solo hay que ver la evolución de su peso frente al grupo placebo (naranja) a lo largo del estudio:
¿Cómo se midió el consumo de alcohol?
De dos maneras.
- Por lo que dicen los propios pacientes.
- Por una prueba de laboratorio en la que se ofrece a los pacientes tomar alcohol o esperar 50 minutos y recibir dinero. Esto se repite varias veces y se calcula el consumo total.
Los resultados: los pacientes que tomaron semaglutida reportaron un menor consumo de alcohol al finalizar el tratamiento.
En la prueba de laboratorio, se observo una reducción evidente en el consumo de alcohol frente a los participantes con placebo:
En los cuestionarios, los resultados mostraron que tomar semaglutida no reducía el número de días que se consumía alcohol.
Pero hay truco.
Las personas que tomaban semaglutida (azul) SÍ bebían menos días a la semana.
El problema es que las personas con placebo (naranja) también bebían menos días a la semana, por lo que no hay diferencias entre grupos.
Aquí solo podemos hipotetizar. Es posible que los pacientes con placebo sean conscientes de su alcoholismo y traten de beber menos aunque no tomen semaglutida. El hecho de apuntarse al estudio ya podría interpretarse como un primer intento de solucionar su situación.
Pero:
Los pacientes con semaglutida tomaban menos bebidas aquellos días que decidían beber.
En este caso, podemos afirmar que tomar semaglutida tiene un efecto positivo sobre el consumo de alcohol en personas con alcoholismo.
De nuevo, las causas podrían ser múltiples:
Mi teoría es que el menor consumo de alcohol realmente se debe a un menor consumo de alimentos y bebida en general. Es decir, que sería un efecto secundario de la saciedad, y no porque la semaglutida inhiba directamente las ganas de tomar alcohol.
Limitaciones:
-
El número de pacientes ha sido pequeño. Lo ideal sería repetirlo con un tamaño muestral más amplio y diverso.
-
Ha sido un tratamiento corto de apenas 2 meses, por lo que faltaría observar cómo de viable es este tratamiento a largo plazo.
- Los pacientes han sido cuidadosamente elegidos. Es decir, representan una población muy concreta de personas con alcoholismo que no habían buscado previamente ayuda para tratarse, y que no tenían un problema de alcoholismo severo.
Conclusiones: Que la causa de un poco igual. Lo importante es que el consumo de alcohol baja tanto en el escenario controlado de laboratorio como en lo que reportan los pacientes de su día a día.
Las implicaciones de esto son importantes, porque actualmente existen pocos tratamientos farmacológicos efectivos para frenar el alcoholismo. La Food and Drug Administration (FDA) solo ha aprobado 2 medicamentos en los últimos 70 años (la naltrexona y el acamprosato).
Se abren nuevas vías para el uso de la semaglutida. No podemos pensar únicamente en el control de la diabetes o la pérdida de peso.
Sabéis lo que eso significa, ¿no? Más pacientes tratables. Y más fuentes de ingresos para Novo Nordisk.
Nos vemos en el siguiente análisis. Si te ha gustado el hilo, todas las semanas publico análisis en el Laboratorio de Inversión (enlace en mi perfil).
PD: la referencia al estudio: Hendershot CS, Bremmer MP, Paladino MB, et al. Once-Weekly Semaglutide in Adults With Alcohol Use Disorder: A Randomized Clinical Trial. JAMA Psychiatry. Published online February 12, 2025.